Este proceso consiste en analizar la eficacia de los controles internos implementados en la entidad con el fin de mitigar riesgos y asegurar la transparencia financiera. La importancia de la evaluación de sistemas de control interno radica en que los controles internos son una serie de procedimientos y políticas que tienen
como objetivo prevenir y detectar errores, fraudes y malversaciones en las operaciones financieras de la entidad. Si estos controles no son eficaces, la entidad puede estar expuesta a riesgos financieros significativos, incluyendo pérdidas económicas, mala reputación y sanciones regulatorias.